lunes, 7 de junio de 2010

¿A qué nos Referimos cuando hablamos de Transición?

El término de “transiciones” tiene una variedad de significados que no resultan fáciles de expre­sar fielmente mediante una única definición. Voglrer, Crivelo y Woodhead, proponen una definición que sus autores la consideran genérica pero que a mi juicio es bastante completa: “las transiciones son los acontecimientos y/o procesos clave que ocurren en períodos o coyunturas específicos a lo largo del curso de la vida. Suelen estar vinculados con cambios que se producen en el aspecto, las actividades, la condición, los roles y las relaciones de una persona, además de las transformaciones relacionadas con el uso del espacio físico y social y/o las modificaciones en el contacto con las convicciones, discursos y prácticas condiciona­dos por la cultura, especialmente cuando dichas modificaciones tienen que ver con cambios de ambiente y, a veces, del idioma predominante. A menudo requieren ajustes psicosociales y cultu­rales significativos, con dimensiones cognitivas, sociales y emotivas, que dependen de la natura­leza y las causas de la transición”.


En una revisión de la literatura acerca de las transiciones, puede apreciarse que la clasificación más frecuente de las mismas y que se ajusta más a esta investigación es las que propone dos tipos de transiciones: horizontales y verticales


Las transiciones horizontales: suceden a lo largo de la existencia cotidiana. Tienen que ver con los movi­mientos que el niño (o cualquier ser humano) efectúa de manera rutinaria entre varias esferas o dominios de su vida (p. ej., los traslados coti­dianos del hogar a la escuela o de un ambiente de cuidado a otro). Estas transiciones estructuran el desplazamiento de los niños a través del tiempo y del espacio, y dentro y fuera de las instituciones que ejercen impacto en su bienestar. Suceden a diario o de un momento a otro.


Las transiciones verticales: son concebidas como un cambio de un estado o condición a otro, frecuentemente unidos a desplazamientos “hacia arriba” (p. ej., del jardín de infancia a la escuela primaria; de ésta a la secundaria, y luego a la universidad). Se considera que ocurren una sola vez en la vida.


En esta investigación el término transición se utiliza para definir el traslado del preescolar como el último período del Nivel de Educación Inicial al Primer Grado, como primer año del Nivel de Educación Primaria. Y empleando la clasificación antes mencionada se consideraría una transición de tipo vertical.


Si tomamos en cuenta el libro referenciado en otro aparte de este blog: la transición entre etapas, vemos que esta clasificación coincide con la planteada por José Gimeno, con la diferencia de que el llama a las transiciones horizontales sincrónicas y a las verticales diacrónicas.


Vogler, P., Crivello, G. y Woodhead, M. (2008) La investigación sobre las transiciones en la primera infancia: Análisis de nociones, teorías y prácticas. Cuadernos sobre Desarrollo Infantil Temprano N° 48. La Haya, Países Bajos: Fundación Bernard van Leer.

lunes, 24 de mayo de 2010

Empezando la escuela: ¿Quién está preparado? Investigando la Transición al primer grado.- Un Estudio Latinoamericano.


Ames, Rojas y Portugal (2009) realizaron una investigación en varias zonas del Perú enmarcada en el proyecto sobre niños del milenio titulada Empezando la escuela ¿Quién está preparado?: Investigando la transición al primer grado. En dicha investigación utilizaron una combinación de métodos cualitativos como entrevistas a padres, profesores y niños; técnicas participativas con niños; observaciones de aula en centros educativos de inicial y de primaria, así como observaciones de hogar y comunidad. Su objetivo fue conocer si diferentes actores involucrados en el proceso de transición estaban preparados para el mismo, docente y colegio, padres y niños. Aclaran que en este documento muestran sus primeros hallazgos:


Al ver las prácticas de maestros, observaron que la transición de inicial al primer grado no es entendida ni estructurada como un proceso al interior y entre instituciones educativas, falta de continuidad entre los ambientes de las aulas, tanto física (por ejemplo, las rincones de aprendizaje) como culturalmente (enfoque centrado en el niño vs. enfoque centrado en el maestro y la enseñanza frontal), en la falta de capacitación especializada para enseñar en primer grado para los maestros de primaria, de modo que puedan promover transiciones exitosas; y en la inexistencia de planes o programas que atiendan a los niños sin experiencia de educación inicial. Las escuelas no están haciendo un esfuerzo consciente para dar la bienvenida a los niños a sus aulas y aligerar los diversos cambios que enfrentarán. Por el contrario, las escuelas dejan sobre los hombros de los niños la pesada carga de la adaptación, con un apoyo muy poco organizado. Los maestros señalan la importancia del rol de los padres en esta adaptación, pero ofrecen poca o ninguna información y guía a los padres para que cumplan este papel. El intercambio y la comunicación entre padres y maestros son muy generales y se dirigen a temas de conducta, desempeño general y necesidades específicas de materiales escolares o del aula, y esto es referido por los padres en sus entrevistas. Mientras que los niños ven este paso hacia la educación primaria como una oportunidad para aprender y crecer. Sin embargo, a pesar de esta actitud positiva, esta transición no es necesariamente fácil para ellos e implica un grado de estrés, especialmente al enfrentar ciertas formas de violencia como la intimidación por parte de otros niños, los golpes o el castigo físico en la escuela y el hogar.


Uno de los primeros aportes que este estudio da a la presente investigación es un marco referencial latinoamericano, así como también toma los diferentes actores involucrados en la transición que se pretenden estudiar, también la metodología realizada. Para ver el documento completo puedes acceder al siguiente link: http://www.younglives.org.uk/pdf/publication-section-pdfs/working-paper-pdfs/WP47_low_res_Sp.pdf

¿Qué plantea el Ministerio de Educación Venezolano con respecto a la Transición?

En el año de 1997 el Ministerio de Educación venezolano creó un Manual de Orientaciones pedagógicas para la articulación de los niveles de Educación Preescolar y Educación Básica (actualmente el primero es llamado nivel de educación inicial y el segundo nivel de educación primaria pertenecientes al subsistema de educación básica reestructurados de esta forma en la Ley Orgánica de Educación 2009), en dicho manual la articulación está planteada como tender un puente que establezca una estructura de relación entre ambos niveles, para romper con el desequilibrio que presenta el niño cuando pasa de un ambiente donde priva la libertad, el derecho al juego a un nivel donde se le encasilla en un espacio de limitaciones y privaciones de la posibilidad de expresarse. A continuación se detallan 5 aspectos que este manual considera claves para que se haga efectiva la mencionada articulación entre niveles.

1) Promover intercambios entre docentes del nivel de educación preescolar y el nivel de educación básica: establecer espacios de reflexión, entre los docentes de ambos niveles, donde se propicien seminarios, talleres relacionados con los elementos teóricos y prácticos que resultan fundamentales para entender la articulación como un proceso que implica conocer a fondo los aspectos que entienden al desarrollo y al aprendizaje del ser humano como procesos continuos e inseparables. Los encuentros deberían contemplar visitas de intercambio de los docentes y estudiantes del nivel de preescolar a las aulas del primer grado.
2) Reconceptualización de los espacios donde se aprende: en el preescolar el espacio está organizado en función de un niño que está en proceso de crecer y aprender, el deber ser es que esté organizada por áreas ajustadas al grado de actividad de los niños. En un aula de primer grado, se percibe lo contrario parecen estar diseñadas para impedir al niño el movimiento. Es por ello que la reestructuración del aula de primer grado adaptándola a un modelo más parecido a el aula de preescolar, orientada en función del trabajo grupal, de las interacciones, de la movilidad ofrece la posibilidad de un escenario mucho más atractivo para el trabajo del niño que ingresa a la primaria.
3) Una visión continua del proceso de aprendizaje de la lectura, la escritura, las matemáticas y otras asignaturas académicas: para todos es conocidos la angustia de padres y maestros por la iniciación de los niños y niñas en la lectura y la escritura, problema que se inicia en la última etapa del preescolar ante la exigencia de algunas escuelas de que el niño para el primer grado domine la lectura y escritura. La tarea del preescolar y de la primaria estará realmente en proporcionar condiciones que favorezcan la construcción de esos conocimientos en un proceso de continuidad entre ambos, dejando en claro que no se trata de hacer del aula de primer grado un preescolar, ni de avanzar al preescolar elementos de la escuela primaria, se trata realmente de entender al niño o niña como un ser en desarrollo y a la educación como el elemento que organiza los aprendizajes en función de la sociedad y de la cultura respetando el proceso que vive el niño.
4) Una concepción diferente de la evaluación: la evaluación debe ser integral y plantear una observación permanente y reflexiva del niño no para detectar errores sino para determinar su potencial en el proceso de construcción de los aprendizajes, para esto puede ayudar el proseguir en el primer grado con los registros anecdóticos y diarios de clases que se toman en el preescolar.
5) Los proyectos una vía para la articulación: en ambos niveles los proyectos de aula permiten una evaluación comparativa de lo planificado en relación con el proceso y resultado obtenido por los estudiantes y permite redefinirlo en función de nuevas necesidades detectadas.

Este documento normativo realiza un significativo aporte a la presente investigación ya que sienta unas bases de cómo debe ser la articulación entre niveles, a que aspectos debe prestarse atención, articulación que además facilita la transición.

Libro: La transición entre etapas.



En este libro Español se compila diferentes estudios a cerca de las transiciones entre etapas, en su mayoría del paso de la escuela primaria a la secundaria. Se plantea que cuando el alumno cambia de etapa por un lado para él significa crecimiento personal, social y académico, pero por otro se genera un sentimiento de perdida de lo desconocido, incertidumbre por lo nuevo.




Contenido
La diversidad de la vida escolar y las transiciones.

El cuidado de los procesos de transición de primaria a secundaria.

El reto de la transición entre etapas educativas.

Proyecto de transición entre ciclos: de 0-3 a 3-6.

¿Y después de sexto, qué?

Plan de orientación y acogida a alumnos y familias en el paso de primaria a secundaria.

Paso de etapa de primaria a secundaria.

El paso a secundaria.

La transición de primaria a secundaria.

La acogida en educación secundaria obligatoria.


El primer capitulo, desarrollado por José Gimeno y denominado: “La Diversidad de la Vida Escolar y las Transiciones”, considero brinda un gran aporte a esta investigación ya que define los diferentes tipos de transiciones. Se plantea que hay transiciones de ida sin regreso (diacrónicas) que están ligadas al desarrollo y al crecimiento humano. Adquirimos potencialidades pero no podemos volver a la infancia o a la juventud. Hay cosas que están hechas y se quedan hechas. Esta diacronía transcurre en el ambiente escolar cuando hay paso de un nivel escolar a otro, cuando cambiamos de un centro educativo a otro.


También existen las transiciones sincrónicas que ocurren por participar en ambientes simultáneos, trabajo pero luego sé que comparto en familia, voy al colegio pero sé que vuelvo a un hogar. Así mismo en este capítulo se apuntan algunos motivos que deben cuidarse para evitar mayores dificultades cuando el alumno pasa de un nivel a otro, como por ejemplo la universalización de la secundaria, diferencias de las culturas pedagógicas.

Entrevistas A Involucrados en el Proceso de Transición

En un estudio llevado a cabo en el año 2005 en el marco de la realización de mi trabajo de Grado para optar al titulo de Lic. En Psicología se realizaron entrevistas a Docentes, Padres y Niños involucrados en el proceso de la transición, todos pertenecientes a un Colegio Capitalino que cuenta con una amplia infraestructura donde se imparte la Educación formal desde el Maternal hasta el quinto año de Educación Media.


Las docentes entrevistadas definen el proceso de transición como un cambio difícil, donde no hay una completa adaptación del niño. Consideran que el niño debe tener 7 años para ingresar al primer grado y que el proceso que más les genera inconvenientes a los niños es la lectoescritura, y el período que más se le dificulta es el primer trimestre de primer grado.


Los padres entrevistados ven la transición como una experiencia que se vive de forma colectiva, es decir que no sólo repercute en el niño sino también ellos como padres y otros familiares involucrados.


Los niños entrevistados creen que para pasar a primer grado necesitan leer y tener un buen comportamiento, y quieren pasar al próximo nivel porque se harán unos niños grandes. En primer grado necesitaran leer libros y trabajar mucho.

Para citar esta información o ampliarla: Llanos, M y Decanio M. (2005). El Proceso de Transición en el Centro Educativo CEAPUCV. Tesis de Licenciatura no publicada. Universidad Central de Venezuela, Caracas.

(Disponible en la Bilioteca Belarmino Larez de Psicología en la UCV)

Bienvenida

Este Blog ha sido diseñado con el propósito de proporcionar e intercambiar información concerniente a la transición del preescolar al primer grado, por lo que es de utilidad a docentes, padres y cualquier otra persona interesado en profundizar acerca de este importante cambio que viven nuestros niños en la primera infancia.


Es importante resaltar que el ingreso de un niño al primer grado representa para él y su familia, un caudal de expectativas cuya importancia se pone de manifiesto en su sociedad. Para el niño su actividad principal deja de ser el juego, y pasa a ser acciones altamente estructuradas y de mayor demanda cognitiva, sus relaciones con otras personas también varían, comienza una nueva relación maestro – alumno determinada por la naturaleza y condiciones de la situación escolar que se inicia.


En la familia se genera un cambio de actitud respecto al niño, pues deja de ser el pequeño o pequeña de la casa que pasa horas jugando, ahora es el estudiante que tiene deberes que cumplir, y se genera un cúmulo de expectativas acerca de la vida escolar de ese niño.


La sociedad necesita que cada niño y niña que ingresa al primer grado avance sin deficiencias y tropiezos por el camino de su educación formal, por ello se han realizado varias modificaciones tanto a los currículos de lo que ahora es llamado Educación Inicial y al de Educación Básica, sin embargo no siempre es así, muchas veces el niño tiene que aceptar y más aún internalizar nuevas reglas del juego con respecto a su disciplina, a su forma de aprender.


En este blog encontraremos resúmenes, link de trabajos de investigación que han abordado esta temática, que abordaré en mi Trabajo de Grado como participante de la Maestría en Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez.